En la videoconferencia sobre comunicación de riesgo llevada a cabo el primero de junio en el Ministerio de Salud Pública se destacó la importancia de una comunicación clara y rigurosa sobre el riesgo de dengue en Uruguay. Así, se informó detalladamente sobre la situación regional, nacional y departamental. De igual manera, se destacaron los puntos clave para la prevención y erradicación del mosquito Aedes Aegypti, vector de la enfermedad que aún no presenta caso autóctono en Uruguay. Este panorama sobre el riesgo de dengue fue abordado por Gabriela Willat, directora del Departamento de Zoonosis y Vectores; Carlos Barboza, referente operativo de la División Epidemiología; y Wilson Benia, asesor de la División Salud de la IMM.
A nivel regional se informó que “la situación en 2010 fue gravísima” ya que fue el año con mayor cantidad histórica de casos de dengue. En Argentina, el pico de casos confirmados se dio en 2009, con 26.612 registrados en 13 provincias. En Brasil, actualmente hay 16 estados con riesgo muy alto de epidemia y cinco con riesgo alto. En Paraguay, a su vez, se han confirmado 21.334 casos en lo que va de este 2011. Se destacó también el caso insólito de Chile que presenta casos de dengue en Isla de Pascua, una región de 3.791 habitantes, sin puerto y a más de 4.000 kilómetros del continente. Se enfatizó cómo “en un lugar tan reducido, tan fácilmente aislable y atacable, no han logrado eliminar el mosquito”.
Sobre Uruguay se trazó una perspectiva histórica destacando que en 1958 se logró la eliminación del Aedes Aegypti; sin embargo, en 1997 se dio nuevamente la introducción del vector. No obstante, se destacó la importancia de haber llegado a los “14 años con el mosquito y sin casos autóctonos”. Ante esto, la prioridad es “volver a la situación de 1997, cuando no había Aedes”. Para la erradicación del mosquito, “aún en los países con circulación viral, la eliminación de recipientes sigue siendo la clave”. Se destacó que es necesario que la población se movilice, se concientice sobre la importancia de dar vuelta o eliminar los recipientes en que se pueda estancar el agua. Esta es la única medida eficaz, ya que “la fumigación no elimina los huevos”.
En Montevideo, a través del método estadístico LIRAa, creado por Brasil y adoptado por nuestro país, se ha establecido un mapa de riesgo según municipios (dependiendo de la cantidad de larvas de Aedes Aegypti encontradas). Actualmente, como se advierte en el mapa a la derecha, es el municipio G el que presenta riesgo alto, mientras los municipios B, CH y E tienen riesgo bajo. El resto de los municipios (A, D, F y C), se encuentran en una franja de riesgo intermedio.
Es de suma importancia entender el mecanismo de transmisión del dengue para advertir así la importancia de la eliminación del mosquito. A su vez, son las características del Aedes Aegypti las que justifican que la eliminación de recipientes sea la prioridad. En su presentación, Benia expuso que “cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas sanas, les transmite el virus de esta enfermedad”.
El Aedes Aegypti “es un mosquito domiciliario” y “es aspirante a ser nuestras mascotas permanentes”. La hembra “vive en nuestros hogares y se ha adaptado a nuestras casas y patios con recipientes de paredes duras con agua limpia y quieta”. A su vez, “no se aleja de nuestra casa mucho más de 100 metros” debido a que en ella consigue los recipientes para poner sus huevos, así como la sangre, de la que obtiene proteínas para formarlos. La hembra coloca sus huevos en el límite del agua, contra la pared del recipiente. Estos “son resistentes a la falta de agua y al frío”, por lo que “pueden esperar meses las lluvias y el calor para reactivarse y generar en primavera nuevos mosquitos adultos”. Debido a esto, es de vital importancia entender que el riesgo de dengue no es sólo un problema del verano, es una “cuestión de todo el año”.
La tarea principal es la eliminación de criaderos: “Si eliminamos recipientes eliminamos las larvas y los huevos, no habrán nuevos adultos”. Cada tipo de recipiente tiene su forma específica de protección más eficiente. Así, Benia presentó una tabla de recipientes con sus medidas de protección adecuadas. Entre ellos se detalló que los tanques de agua deben ser tapados y sellados; las piletas desagotadas; los baldes, envases, botellas, tapas o tapitas y latas vacías deben eliminarse, darse vuelta, perforar el fondo o ubicar de manera que no se estanque en ellas agua; para los floreros y jardineras se recomienda utilizar arena húmeda en lugar de agua; y los neumáticos en desuso deben ser perforados, ubicados bajo techo o colocarles aceite quemado o gas oil. A su vez, se recomienda que a todos los recipientes, si es posible, se les cepillen sus paredes internas antes de ser inutilizados.
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